El baile de María ( por Daktari)
Es domingo y el lugar está desierto. Hace frío y el viento entra por los vidrios rotos de las ventanas, revolotea en las habitaciones y acelera en los pasillos. El abandono es el dueño del hospital ese día sin médicos, ni enfermeras, ni visitas, ni ángeles de la guarda. No hubo limpieza y en las baldosas de los corredores hay papeles, bollitos de algodón y envoltorios que el viento se encargó de arrinconar. La mucama franquera pasa al lado y los mira sin ver, como a las telarañas que pendulan en los techos altos y a la tierra que agrisa el blanco de los azulejos. María tiene los ojos vendados desde la cirugía, así que no ve ni la ventana rota, ni las sábanas amarillentas y gastadas, ni el óxido donde falta la pintura en la cabecera de la cama. Pero tiene frío y sus ochenta años saben de abandono y soledad. — ¿Tenés frío? –pregunta la sobrina. —...